El sábado tome la iniciativa para despertarnos y emepzar nuestra visita por Florencia haciendo el "quinto levanta" y aunque tardó... tuvo efecto. Florencia, a rasgos generales me gustó. Sin embargo, no me impactó todo lo que me esperaba, quizás porque todo el mundo me había hablado tan bien de ella (que si todo es rosa y verde...) que tenía puesto muy alto el listón. No obstante, tiene un aire mágico que la hace muy especial. Por la mañana pusimos rumbo a la Galería Uffici (yo no soy muy de museos, pero hay que verlos), que se supone que es el Museo más importante de toda Italia (aunque yo sólo conocía "El nacimiento de Venus"... muy triste lo mío...). Entre unas cosas y otras (se acopló un portugués que conozco de tres veces y por el que perdimos tiempo, pero yo no digo nada que luego me llaman borde) estuvimos casi toda la mañana allí. A la salida, una vueltecita por el puente Vechio, la Piazza de la sinoria y el Palacio Vecchio, y el impresionante (por fuera, porque a mi juicio, la Catedral por dentro es un chasco) Duomo Florentino. Después a comer a un McDonalds (tiene delito... lo reconozco... pero estoy de pasta y pizza hasta la punta del ojete...) y después... teniendo que arrastrasr un poco a algunos (dicho sea de paso)a Santa María Novella, Santa Crocce, el Palazzio Pitti, o San Lorenzo... Total... que una jornada agotadora y aún nos quedaban por ver muchas cosas... Teniampensado hacer algo por la anoche, pero al llegar al hostal (que asco de Fiona!!), se pusieron hacer la cena y entre pitos, dimes, diretes, y flautas (que mala es la convivencia) nos dieron las tantas metidos en la habitación... asi que a dormir... que Pisa se acercaba!
PD1: Cabe destacar la mala suerte de una amiga, Gloria, en todo el viaje: perdida de llave de la maleta, casi pierde el tren, casi pierde la cámara, torpe como ella sola, y para colmo hoy nos ha dicho que tiene la Mononucleosis.. Toma ya!
PD: Y prosiguió mi fanatismo (y el de casi todo) exacerbado por la Ryder
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